Tanto el café como la planta que lo produce el cafeto, son originarios de África, pero fueron los Árabes, los primeros en extraer los granos del café, siendo así y de quienes también se cree, son también quienes implantaron la costumbre de tomar café, motivado por la prohibición del Islam de ingerir alcohol.

Es fácil entonces confundirse o entrar en dilema, con el verdadero origen del café, ya que antiguas leyendas sobre el cultivo y la costumbre de tomar café, provienen de los árabes, ya que son ellos los primeros en extraer los granos, tostarlos, molerlos y mezclarlos con agua caliente.

Una de las leyendas más extendidas y populares sobre el descubrimiento del café, es la historia de afamado pastor llamado Kaldi, Se trata de un pastor que vivió en la Etiopía del 300 d.C., quien observó, cómo su rebaño de cabras se mostraba de una manera muy extraña, muy enérgica y viva, tras alimentarse de los frutos de un arbusto desconocido. Tras observar este comportamiento, decidió también él mismo, ingerir y probar las bayas rojas de la planta, sintiéndose así expresivamente lleno de energía y excitación.

Kaldi, muy extasiado y expectante, llevó algunos de estos frutos y ramas al superior religioso de un monasterio cercano, los monjes al recibirlos, hirvieron las bayas y probaron la infusión resultante, descubriendo así, que con ella se mantenían despiertos y con energía. Así, lo utilizaban de estimulante, para mantener la vitalidad o quedarse despiertos también por las noches para rezar. Además, de casualidad, ‘’también se dieron cuenta de que estos granos se podían tostar, y que la bebida elaborada a partir de los granos tostados, producía el mismo efecto y tenía un sabor más agradable’’.

Cuentan que cuentan, que un cierto día, a dos monjes encargados de la recolección de café llamados: Sciadli y Aydrus, les alcanzó en el campo la lluvia, quienes al llegar al monasterio dejaron cerca de la estufa, los granos de café recolectados para que se secaran mientras fueron a rezar; al regresar se encontraron, con un olor muy agradable que invadía toda la sala y los granos del café ya tostados; podríamos decir entonces, que aquello fue el descubrimiento de la torrefacción del café.

Así, esta bebida se consideró religiosa en sus inicios, después estimulante y cual también se daba a los guerreros para luchar en las batallas, incluso pasó por tenerse como una bebida un tanto mágica con poderes curativos, y finalmente esta infusión se convirtió, en la bebida social del mundo Árabe, y de allí se extendió al resto del mundo.